Tarjetas bajo control

Cuida tus finanzas VIII / 8

Las tarjetas son útiles y cómodas para pagar, pero también causa de muchos apuros económicos si se aprovechan para gastar más o para comprar a crédito

Propias

Las tarjetas figuran entre los productos financieros que los consumidores consideran imprescindibles. Según datos del Banco de España, a finales de junio los españoles manejaban 68,4 millones de tarjetas, 43,2 millones de las cuales son de crédito y el resto de débito. Las utilizan principalmente para pagar sus compras –el año pasado lo hicieron 2.300 millones de veces, por valor de 98.500 millones de euros–, y para disponer de dinero en efectivo. En el 2013 se hicieron 901 millones de operaciones con tarjeta en cajeros por importe de 109.200 millones de euros. Y, según las encuestas sobre consumo, el 94% de los usuarios tiene previsto utilizar una tarjeta de crédito o débito en el futuro y dos de cada tres no asocia el uso de las tarjetas con ningún riesgo. Sin embargo, los expertos financieros aseguran que el uso –o mejor dicho abuso– de este medio de pago está en el origen de los apuros económicos y situaciones de sobreendeudamiento que viven muchas familias.


“El pago con tarjeta es muy interesante si la utilizas con cabeza, si eres consciente de que todo lo que compras con ella luego has de pagarlo, pero abusar de su uso es malísimo y utilizarla para aplazar pagos, lo peor”, resume el presidente de la Asociación de Asesores de Inversión, Financiación y Peritos Judiciales (AIF), Jordi Paniello. El director del Institut d’Estudis Financers (IEF), Josep Soler, asegura que el riesgo de las tarjetas es de carácter psicológico y depende de la capacidad de control de cada persona. “En cuestión de tarjetas, la primera pregunta que uno ha de hacerse es: ¿soy consciente de cómo se va el dinero cuando uso la tarjeta y puedo controlarme para no comprar más por llevarla encima?”, explica. Y subraya que si uno no tiene esto claro, debería olvidarse de pagar con tarjeta porque le ocasionará muchos problemas, “e incluso si controlas deberás vigilar los límites y riesgos que asumes, porque la tarjeta ha de ser un medio de pago, una manera de pagar más cómoda, pero no una forma de ampliar tu consumo o de hacer consumos innecesarios”.


Una o varias
En el imaginario colectivo se asocia tener muchas tarjetas con un mayor estatus. Sin embargo, el consejo de los especialistas en planificación financiera es tener las mínimas para controlar mejor su uso y reducir los gastos (y riesgos) de tenerlas. “Para muchísimas personas es suficiente con tener una tarjeta de débito para retirar dinero del cajero o pagar sus compras sin llevar dinero encima”, asegura el responsable de temas económicos de la asociación de consumidores Ceaccu, Fernando López.


No obstante, Soler asegura que para los consumidores que controlan bien sus gastos puede ser más interesante tener una tarjeta de crédito que pueda utilizarse también como si fuera de débito –es decir, para sacar dinero de cajeros sin coste– pero que permita cargar los gastos en la cuenta bancaria a mes vencido y, con ello, diferir el pago de algunas compras durante días o semanas sin coste.


Crédito o débito
La tarjeta de débito es la que permite obtener dinero directamente de la cuenta corriente de cada uno, de modo que si no se tiene saldo en la cuenta no se puede sacar dinero del cajero ni pagar en ningún establecimiento porque los gastos se cargan inmediatamente. La de crédito, en cambio, pone a disposición del usuario una cierta cantidad de dinero (el límite se acuerda con la entidad emisora) y sólo se carga en la cuenta el gasto realizado con ella (en compras o cajeros) una vez al mes, en un solo pago o a plazos, según las condiciones contratadas.


En realidad, advierten los expertos, hay que informarse bien sobre cada tarjeta –y leer la letra pequeña de los contratos–, porque las condiciones varían de unas a otras. Hay tarjetas de débito que permiten sacar dinero aunque la cuenta quede en números rojos a cambio de pagar intereses y comisiones. Y tarjetas de crédito que al utilizarlas en cajeros permiten elegir si se quiere sacar el dinero de la cuenta corriente (sin coste) o del límite de crédito (normalmente con altas comisiones). Entre las de crédito, lo habitual es que si el gasto se abona cada mes en su totalidad no se apliquen intereses, pero si se paga a plazos los intereses son muy altos. Por eso, el consejo de los expertos financieros para no tener sustos en el presupuesto familiar es utilizar habitualmente la tarjeta de débito y reservar la de crédito sólo para situaciones de emergencia, como imprevistos durante un viaje o una compra necesaria con la que no se contaba.


Límite
El límite de crédito de las tarjetas depende del tipo de tarjeta y de la entidad que la emite pero, sobre todo, de la confianza que tiene la entidad en cada cliente, en su solvencia y su capacidad de pago. De todos modos, los asesores aseguran que lo ideal es pagar la deuda que se acumula en la tarjeta a mes vencido y no fraccionarla, de modo que cada uno debería limitar el crédito del que dispone a sumas que pueda devolver mensualmente sin desbaratar su economía. “Si disponemos de un límite muy alto corremos el riesgo de ir gastando y gastando y luego, cuando llega la cuota de la tarjeta a la cuenta bancaria, se come todo el sueldo”, advierte Paniello. Sólo si uno es muy disciplinado y capaz de controlar la tentación de comprar a crédito puede negociar un límite mucho más amplio para poder recurrir a la tarjeta en caso de gastos urgentes e imprevistos.


Costes
Aunque desde el pasado 1 de septiembre los comercios no pueden cobrar recargos por pagar con tarjeta, este medio de pago tiene costes asociados. La mayoría de bancos cobra por emitirlas y también una cuota anual por tenerla; también hay comisiones por pedir un duplicado, por utilizarlas en algunos cajeros o por sobrepasar el límite de crédito... “Las tarjetas, en general, son caras, así que interesa tener las mínimas y necesarias”, alertan desde las organizaciones de consumidores. Los expertos aseguran que conviene comparar la oferta de diferentes entidades porque no todas cobran lo mismo y las hay gratuitas. Además, si se usa habitualmente para pagar en comercios, “se puede negociar con el banco que no cobre cuota anual porque ya gana con las operaciones de pago cuando la utilizas”, apunta Josep Soler.


En cuanto a las tarjetas de crédito que llevan asociadas ventajas, puntos o descuentos en ciertas empresas, los expertos aseguran que conviene echar cuentas para ver si los beneficios que se obtienen al cabo del año compensan su mayor cuota anual.


Intereses
Otro coste que hay que vigilar en las tarjetas es el tipo de interés que se aplicará en caso de pagos aplazados, por si acaso un día se necesita recurrir a ellos “de forma extraordinaria y nunca por un plazo superior a tres meses”, según los expertos. Es importante fijarse en el dato de la TAE (tasa anual equivalente) y no en el interés nominal ni en el interés diario, y comparar diferentes tarjetas porque las hay que cobran un 12,3% pero son mayoría las que cargan más del 20% e incluso el 27%.


Seguridad
Utilizar tarjeta también exige adoptar algunas precauciones de seguridad, como memorizar el número secreto y no anotarlo en ella ni facilitarlo a otras personas; firmar la tarjeta o escribir por detrás “pedir documentación”; no perderla de vista cuando se entrega para pagar en un comercio; avisar rápido a la entidad si se pierde o la roban... 

¿Utilizas la tarjeta para aplazar el pago de tus compras? Gracias por participar Tu voto ha sido contabilizado Si No Si No poll_amp.error.message Encuesta cerrada. Han votado Personas

Recursos útiles

Portal del Banco de España
El portal del cliente del Banco de España recoge amplia información sobre clases de tarjetas, formas de pago, tipos de interés aplicables, comisiones, qué hacer si se pierde la tarjeta o la roban… (www.bde.es/clientebanca/productos/tarjetas.htm).
Visa
En la web de Visa ofrecen consejos sobre cómo administrar el crédito de las tarjetas, cómo fijarse un presupuesto, recomendaciones de seguridad... (www.visaeurope.es/su-tarjeta-visa).
Comparadores
Antes de contratar una tarjeta conviene comparar las ­condiciones de varias. Se ­puede echar un primer vistazo por internet a través de los comparadores que ofrecen Rankia.com, iahorro.com, Bankimia.com, entre otros portales.

Las claves

No arriesgar el presupuesto
Pagar con tarjeta no puede hacer olvidar el gasto ni animar a consumir más. Si no se dispone de efectivo y se aprovecha la tarjeta para comprar a crédito se entrará en una espiral de endeudamiento.

No aplazar el pago
Fraccionar el gasto hecho con la tarjeta resulta muy caro, mucho más que un crédito al consumo.
Mejor de débito
Las tarjetas que cargan el gasto de forma inmediata en la cuenta bancaria permiten controlar mejor los gastos.
Límite adecuado
Conviene fijar un límite de crédito que se pueda pagar de una sola vez sin comprometer el sueldo. Con un límite pequeño se evita caer en tentaciones de gasto.
Vigilar las comisiones
La tarjeta de crédito no debe usarse para retirar dinero de los cajeros porque suele acarrear altas comisiones. En las de débito es importante saber en qué cajeros se puede sacar dinero sin coste.
Cautela
Si se recibe una tarjeta que no se ha solicitado hay que valorar si realmente se necesita y comprobar qué comisiones o gastos tiene.
Menos es más
Por razones de seguridad, de costes y de control del gasto conviene no acumular muchas tarjetas en la cartera.
Comparar
Antes de contratar una tarjeta conviene comparar las comisiones, servicios y tipos de interés de varias. No es necesario que la tarjeta la emita la misma entidad donde se tiene la cuenta bancaria.
Negociar
Si se utiliza a menudo se puede negociar con el banco que no cobre cuota anual de mantenimiento porque ya gana con las operaciones que se hacen con la tarjeta.
Precauciones
Por seguridad, las tarjetas no deben perderse de vista cuando se entregan para pagar ni compartir el PIN con nadie. Aconsejan firmarlas por detrás o escribir en el lugar de la firma “pedir DNI”.

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